EL MANIQUI
Tan solo quedo al fin, el viejo maniquí,
Donde probas tú, la seda y el chiffon
Que llamó la atención a todo aquel que vio tu cuerpo de princesa,
Y ahora quedó allí, tirado en rincón en el viejo desván,
Guardando la emoción de cosas que no están,
Y vuelvo a recordar las horas de tibieza,
Y creo revivir el loco ir y venir tu cuerpo de mujer,
Buscando por doquier el nuevo figurín,
Para poder lograr decorar tu belleza,
Y yo desde un rincón contemplo tu actuación,
Tratando conseguir con gran preocupación,
Algún nuevo color que luego te pondrás y lucirás coqueta,
Las lágrimas empañan la visión,
Y veo en el rincón del viejo maniquí, a aquella que yo quise
“Dime tú, porque me abandonaste, o acaso no lograste las cosas que soñabas, no viste con que ganas que yo trabajaba luchando sin descanso para darte mi abrigo, o acaso, o acaso no entendiste que te amaba, como te ama un amante, como quiere un amigo, mas tú creíste que eras reina, que yo tu esclavo debia darte todo, y así, y así te di mi honor, y mi anulaste y te regale todo, te di mi sangre, mis sentidos, mis caricias y tú todo lo tomaste, y me anulaste, mas, mas cuando te pedí un poco de amor, tú sin mirar hacia atrás te marchaste, devuélveme el amor, dame la vida, dame la vida que te dí, dame los sueños, devuelve el corazón aquí a mi pecho que ya vacío y ya desecho de llorar se acuerda hoy de ti, dame el amor, dame la vida.”
No comments:
Post a Comment